Como aquel niño juega con el gato callejero

Quizás penséis que soy demasiado fantasiosa pero no me importa realmente lo que penséis de mi.
Me apetece contaros lo que he ido pensando durante el curso sobre Autismo que estoy realizando, y además creo que es necesario daros mi opinión pues a lo mejor es una opinión distinta a lo que estáis acostumbrados los que conocéis el mundo del Autismo.
Creo en la sabiduría de la naturaleza y de nuestro universo enorme y eterno.
Por eso me pregunto porque hay niños que nacen con estas deficiencias...
No creo que se trate exactamente de deficiencias, sino mas bien que estos niños
vienen al mundo con un objetivo distinto al que vienen los niños neurotípicos.
Suelen ser niños con dificultades para relacionarse, enfocan su atención en objetos en vez de
en personas. Prefieren la compañía de un perro en vez de la de una persona (esto es así porque
los perros no hablan y no les van a incomodar con tanta palabrería que ellos reciben como si fueran
ataques de bombas)
Si la naturaleza es tan sabía... ¿por que en vez de pensar que estos niños son un fallo, no pensamos que son un regalo de la naturaleza para enseñarnos que algo estamos haciendo mal?
¿No os ha pasado nunca que os dan ganas de mandar a alguien a tomar viento fresco por lo maleducado,
egoísta, o la cantidad de estupideces que dice?
Quizás estos niños nos estén diciendo: ¡Mira como está el mundo, prefiero relacionarme con objetos y animales antes que con personas egoístas que todo lo que hacen es para su propio beneficio!
El ser humano es social por naturaleza, pero sociabilizar con algunas personas es como entrar en un campo de batalla y a lo mejor es esto lo que esos niños quieren evitar.
Pienso que tenemos mucho que aprender de ellos:

* Estos niños centran su atención en  animales o cosas que ven en su entorno que para nosotros a lo mejor
no tienen mera importancia. Esta actitud tienen otra enseñanza, y es valorar todo lo que tenemos en nuestro planeta y darle importancia a los pequeños detalles.

Cualquier insecto puede ser asombrósamente maravilloso y digno de admirar, cualquier flor, un atardecer, una estrella en el cielo...
Nuestro día a día apenas nos permite detenernos cinco minutos para observar estas grandes maravillas.

* Son muy distintos de los niños neurotípicos. Aquí la enseñanza es que cada niño y cada personas adulta es diferente, que aceptemos a cada cual como es sin intentar modificarlo. Aceptar las diferencias y no obligar a que los niños se adapten a nosotros, sino nosotros a ellos. Y que los otros niños acepten que no todos los niños tienen las mismas actitudes. Muchas veces los niños  neurotípicos actúan conforme a lo que ven en sus casas, y repiten las palabras de sus familiares. Por tanto, los adultos debemos aprender a no juzgar, a respetar que cada niño es diferente y aceptarlo. Y para que dos niños diferentes puedan jugar juntos es indispensable que ambos se adapten a las exigencias del otro. Enseñanza: aprender a adaptarse a las
personas y circunstancias, sin dejar de ser uno mismo.

 * Muchas veces no quieren hablar o escuchar a nadie. Debemos aprender a respetar                     cuando alguien quiere estar solo, cuando no quiere escuchar algo, cuando quiere sentir tu                     apoyo emocional solo con tu presencia no con palabras. Hay momentos en los que es  mejor           permanecer callados porque cualquier palabra que digamos puede resultar como un martillo                   golpeado con fuerza. 

Aprender a hablar claro y con un tono adecuado (sin gritos), dejarnos enseñar aunque  los maestros sean niños... 

Al igual que estos niños,  los niños con déficit de atención o hiperactividad son también maestros.
Tan solo hay que ver algunas noticias que dicen como las estrategias de enseñanza están cambiando y cada día mas gente cree que no es tan bueno que un niño permanezca sentado todo el tiempo en clase.

Tenemos la enseñanza delante de nuestras narices pero no nos damos cuenta, no sabemos descifrarla.

Pareciera como si a alguien le interesara tenernos dormidos y por eso nos obligan a mantenernos ocupados y siempre en movimiento. De esta manera apenas tenemos tiempo para pensar, para detenernos un minuto
a contemplar como aquel niño juega con el gato callejero.